Te quiero para una noche.
Y luego otra.
Quizás, te quiero para todas
las noches.
Del resto de mi vida.
Podemos compartir un café.
O la casa.
Te invito una cena.
Y luego te dejo mis sueños de
postre.
Podemos intentarlo.
O podemos pasar por
desapercibido.
Ante todo.
Dejando un atardecer de
suvenir.
Para recordar el día que pudo
ser.
Y resumir una vida.
Ramón Colmenarez
0 descorrieron el telón:
Publicar un comentario