Se había convertido en una mariposa azul, y paso el
resto del día revoloteando en torno a la ardiente llama de una vela. Sabía que
sus alas podían prenderse en cualquier momento, pero cuanto más cerca estaba de
tocar el fuego, más sensación tenía de estar cumpliendo su destino. Como escribió
en su diario aquella noche: si pretendo salvar mi vida, tengo que estar a un
paso de destruirla.
(Fragmento) – Paul Auster.
0 descorrieron el telón:
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