22 feb 2012

Instantes

Otra vez me hallo incandescente ante la necesidad de hablarte, de acercarte, de abrazarte.
Los debiles latidos de este corazón
puesto en pausa desde el día en que entendió que no puede racionalizarte,
se avivan ante las ganas locas de tocarte...

El punzante recuerdo de tu sabor salado, del regalo otorgado sin pensar
y recibido como obsequio divino de quien sabe que deidad...
La certeza de que sobrevivo sin tu presencia y de que aún así,
le das aliento de vida a este cuerpo inerte y carcelero de mi alma
que puja por salir a encontrarte.

Te hallas plena y desnuda de reveses, bajo la mirada impía del mundo a tu alrededor.
Y sales airosa porque es tu naturaleza, tu esencia...
                                                                              y eres también, mi alma.


1 descorrieron el telón: