“Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso. Yo describo, y defino, y deseo esos ríos, ella los nada.Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga.Ese desorden, que es su orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y del alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en prejuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo.Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por la Maga que me juzga sin saberlo.Ah, déjame entrar, déjame ver algún día como ven tus ojos.”
Capítulo 21, Rayuela. - #Cortazar.
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