1 nov 2012

Once upon a time...


Siempre me gustó la manera en la que empiezan los cuentos para niños: había una vez... y luego el desarrollo de la historia, que los primeros años, escuchaba ávida mientras mi tía me las leía durante las tardes de leche y galletitas en el comedor.
Con los años y la posibilidad de ser quien escribiese esas historias, elegí contar cuentos nuevos, propios... donde los personajes sonasen mas reales y los finales felices fuesen más creíbles.
Y del papel y el teclado pasé a mi propia vida, a escribir mi historia a mi manera, tan particular y mía que incluso me salí de los parámetros y el molde para escoger a la coprotagonista del relato.
Sin embargo no siempre hay finales felices y definitivamente las perdices no forman parte del menú.
Hoy no estoy segura de si es un punto final o son suspensivos los que le coloco a esta parte de mi historia volcada en este blog. Por lo pronto, me despido de todo aquel que se tomó un momento de su tiempo para pasear por estos lares y agradezco el estar allí, del otro lado.
Nos volveremos a encontrar en otros espacios sin duda... las letras, sean prestadas, compartidas, propias o regaladas forman parte necesaria de mí,  por lo que sólo puedo decir... Quiéreme en mi locura.

0 descorrieron el telón:

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