Creyó siempre que la vida es darse, y no ha habido quién, ni cuando ni qué lo detenga todavía.
Al igual que yo, tiene una mujer atravesada en los parpados y la garganta... y aún así, nada le impide decir lo que piensa.-
Cada persona brilla con luz propia entre todas las
demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos
de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y
gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos
bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no
se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
El libro de los abrazos.
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